A medida que los niños empezaron a crecer les empezamos a educar en la responsabilidad de colaborar en las tareas de la casa. Tareas sencillas y adecuadas a su edad: poner la mesa, quitarla, hacer la cama, recoger…
Cuando Jorge también tuvo edad de colaborar habitualmente establecimos un calendario de turnos. Cada día de la semana uno de los tres era el responsable de colaborar. Tras un tiempo con este sistema rotativo empezaron los problemas: que si a mí me toca siempre el fin de semana y trabajo más, que si a mi hermano siempre le toca cuando no comemos en casa…
Ya harta, un día les senté a los tres y les pregunté «qué os parecería estar dos semanas enteras sin colaborar». Los tres abrieron los ojos como platos y me miraron como si estuviese bromeando. Les aseguré que hablaba en serio y volví a preguntarles qué les parecía. Evidentemente, los tres contestaron que les parecía maravilloso, que estarían encantados.
Y así empezó el calendario semanal de «service» en casa, según el cual cada semana sólo uno de ellos es el responsable de colaborar en las tareas del hogar: poner y quitar la mesa, vaciar el lavaplatos y guardarlo todo, colocar los platos sucios en la máquina, ayudar a colocar la compra cuando volvemos del súper, etc. Eso sí, hacerse la cama y poner la ropa sucia en el cesto es responsabilidad de cada uno.
De verdad, se acabaron las peleas por este tema. A mí me ha funcionado mientras que los turnos por día fueron un drama.
Me resultaba tremendamente difícil repartir 7 entre 3 y teniendo en cuenta que hay 4 días laborables muy parecidos, el viernes que depende de si nos quedábamos o si salíamos de fin de semana era muy diferente y luego el fin de semana que a veces estábamos los dos días en casa y se trabajaba un montón y a veces estaba plagado de compromisos familiares y/o sociales y apenas parábamos en casa. ¡Quizás si tienes 7 hijos (o 14, múltiplo de 7) funcione bien!
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